Mira en retrospectiva tu vida, ¿te gusta lo que ves?, ¿ha valido la pena tu existencia?, ¿quién te extrañará cuando no estés?En las tinieblas del recuerdo nadie espera, ¿no lo has notado? Parece tan claro para algunos. Tus memorias siguen ahí en lo profundo y la lejanía, de donde brotó el agua que formó este río, pero nunca me había sentido sin control en él.

¿Estoy enloqueciendo?Sigo en plena lucha, agitando mis brazos y piernas frenéticamente para mantenerme a flote, en un braceo desesperado a veces, e imparable. Es cuestión de agarrar ritmo, pero, ¡qué difícil resulta tomarlo!Nadie lo nota, ¿será alguien capaz de verlo a través de mis ojos? Paso mucho tiempo contemplando ese río, aunque me arrastra a la acción sin darme tregua.

No puedo ni debo permanecer inactivo. Mis fuerzas se agotan, mis brazos, piernas y mi cansado corazón.

Gritan que claudique, como si un espíritu ajeno intentara gobernarme, me trepa, me jala desde abajo. ¡No me deja en paz el hijo de puta!Pretende drenar el plasma de mi sangre para debilitarme.

Quiere que me una a tantos y tantos que han quedado varados en las orillas, y son zarandeados ocasionalmente por un oleaje feroz, en una escena dantesca del fragor de la batalla. Viles objetos de utilería sin voluntad ni fuerza.

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