Imagino a Mónica Zepeda en su proceso creativo, dialogando con la palabra, seduciéndola, indagando en ella, llevándola hasta sus últimas consecuencias. Mónica se desplaza por los vericuetos del lenguaje, debate con sus luces y sus sombras, desciende a sus profundidades.

Su poesía posee una fuerza vehementemente exquisita, se alimenta de la vida, de lo infrecuente y de lo habitual que hay en ella… La palabra es su morada y en ella se gesta una poesía muy humana que trasciende el yo poético, que intenta dilucidar los enigmas del ser humano y, sobre todo, formular nuevos cuestionamientos. Para ella, “la poesía no es un lujo, es una necesidad vital”.

I can imagine Mónica Zepeda during her creative process, having a dialog with the word, seducing it, probing it, and taking it to its ultimate consequences. Mónica moves through the rugged paths of language, argues with its lights and shadows, and descends into its depths.

Her poetry has a vehemently exquisite strength: it feeds on life, on the unusual and on the habitual she finds in it… The word is her dwelling and, in it, a very humane poetry is created, which transcends the poetic self, who tries to elucidate the enigmas of human beings and, most importantly, to raise new questions. For her, “poetry is not a luxury; it is a vital necessity of our existence.

”JUANA M. RAMOS, Ph.

D. .