Las cartas del apóstol Pablo, fundamentales en el Nuevo Testamento, ofrecen una visión profunda de la Iglesia que Cristo estableció y que Pablo propagó con fervor. Pablo, inicialmente un perseguidor de cristianos, experimentó una conversión radical en el camino a Damasco, convirtiéndose en uno de los apóstoles más influyentes.

Su enseñanza se centra en la justificación por la fe, destacando la gracia divina y la redención a través de Jesucristo. Las cartas a las comunidades cristianas, como las de Corinto, Efeso y Filipos, abordan temas cruciales como la unidad, la moralidad y la resurrección.

La carta a los Romanos presenta una teología profunda sobre la salvación y la relación entre judíos y gentiles. En Gálatas, Pablo defiende la libertad en Cristo frente a la legalidad de la Ley mosaica.

Pablo también destaca la importancia de los dones espirituales en la construcción de la Iglesia. Sus epístolas proporcionan orientación pastoral y ética, delineando principios que siguen siendo fundamentales para la fe cristiana.

A través de sus escritos, Pablo contribuyó significativamente a la formación y expansión de la Iglesia, estableciendo los cimientos teológicos que moldearon la comprensión cristiana del mundo y la vida en comunidad. .