Señor lector:Nunca me propuse publicar poesía alguna, por la simple razón de que no creo ser bueno con las palabras. Sin embargo, pienso que las circunstancias nos determinan más allá de lo que desearíamos; y las mías hoy me permiten, como único medio para destilar mi dolor, la palabra escrita.

A pesar de las adversidades que a todos, día a día, nos golpean y subyugan, siempre nos queda la invaluable herramienta de la voluntad como actitud de respuesta. Considero un deber, y hasta un lujo del ser humano, abrazar el dolor y adaptarse a él.

Sostengo no considerarme bueno con las palabras, por lo que hubiera sido pretencioso e hipócrita el publicar meros ejercicios retóricos. Todo lo escrito aquí, señor lector, no es sino el único medio en mi presente situación, para sobrellevar la opresión de la injusticia.

Me encuentro privado de la libertad por un delito que no cometí. Una vez más, el estado se perpetuó a expensas del ciudadano indefenso.

La segunda razón por la que publico estas palabras es para decirle a toda persona oprimida por injusticias que, más allá de los oprobios a que nos puedan someter los poderosos, el claudicar siempre es optativo. ¡Gracias!.