La cuarta parte de la serie se hace más intensa al adentrarse en la vida de distintas prisiones masculinas en diferentes latitudes y países del mundo. En esos lugares se pagan condenas por grandes crímenes contra la sociedad, pero para los jóvenes que ingresan, sea cual sea la razón, puede transformarse en la experiencia más dura de sus vidas.

Los nuevos, temerosos y joviales reclusos son golosinas para los convictos que llevan más tiempo encerrados en dichos centros penitenciarios, quienes constantemente buscan con quién satisfacer sus impulsos carnales más humanos. Estos muchachos al cruzar los barrotes del penal se transforman en protagonistas de su suerte y harán lo imposible por mantenerse vivos.

A continuación, relataremos las historias de cinco jóvenes que han llegado a cumplir sus condenas en las terribles cárceles de Nueva York, Cali, Auckland, Marrakech y Ciudad del Cabo. Estas historias son de alto impacto, llenas de límites humanos y una crudeza desgarradora al mostrar la degradación humana en el encierro, pero también reflejan la triste realidad que viven estos muchachos privados de su libertad.

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