La enfermedad mental es real, aunque invisible. La salud mental es algo que a veces no se escucha mucho de los demás.

Sólo depresión y ansiedad regulares. Pero la enfermedad mental conlleva malestar mental, pensamientos suicidas, tristeza y miedo.

Puede parecer tan invisible porque algunas personas saben cómo ocultarlo. Algunos pueden parecer visibles en algunas áreas.

No podemos ver lo que no dices. Sé siempre consciente de eso.

Hay días más brillantes en tu vida. Sólo porque el mundo o quien sea que te haga sentir menos que no perteneces, todo es mentira.

¡No es la verdad! Dios nos ha creado a ti y a mí. Hay una razón por la que estás aquí.

Hay una luz al final del túnel. La luz siempre vencerá a la oscuridad.

El amor siempre vencerá al odio al final. Hay paz y alegría al final de tu tribulación.

Mientras crecía, me atormentaban mentalmente constantemente o me provocaban fácilmente. Nunca me sentí verdaderamente solo hasta que viví solo.

Nunca experimenté el silencio hasta que estuve solo. Pero aquí, Dios viene e interviene y se muestra.

Dios me mostró que él es el camino, la verdad y la luz por encima de todo lo que puedo imaginar. Todo lo que puedes hacer para sanar es orar y hablar con Dios.

Estar rodeado de amor genuino. ¡Sé amable y muestra bondad en todo el mundo porque a quienes esperan y tienen paciencia les suceden cosas buenas! Dios nos recompensa de una manera que quizás nunca sepamos o veamos.

Salmo 18:20 dice: “El Señor ha hecho conmigo conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”. Nunca te desanimes por las promesas de Dios.

Si alguna vez sientes que nadie no quiere escucharte, habla siempre con Dios. Puede que esté en silencio y no escuches nada.

Pero incluso cuando no lo ves, ¡Él está trabajando! Cada día, elige vivir un día más. ¡Aprende a perdonarte a ti mismo siempre! Perdónate.

Este no es el final de tu historia. Este es sólo el comienzo de un viaje maravilloso.

Confía en el proceso y mantén la calma. Sólo respira.

Y simplemente relájate. “La mejor venganza es ninguna.

Sana, sigue adelante y no seas como aquellos que te lastimaron”. - Amnónimo”.