Este libro, con prólogo del procesalista Henry Magno Velásquez Cevallos, posee perspectivas doctrinarias sobre la interpretación jurídica y su narrativa argumentativa, que permiten apreciar la robustez de la institución probatoria de este siglo. Las pruebas jurídicas, son medios para la equidad, la paz social y la proporcionalidad de la justicia.
El Derecho de Pruebas, se hace suficiente, autónomo y ahora, con nóveles métodos, ha empezado a domar el derecho subjetivo, con dos cuotas de poder para la interacción judicial. Me refiero a los métodos de interpretación de la prueba jurídica, como son la Diegética y la Probática.
La Diegética jurídica, es un neologismo utilizado en el año de 2020 en el libro Diegética Policial en Iberoamérica y su Prueba, que nace como modelo de interpretación para la prueba escrita y depurar su actividad narradora. Consiste en expresar las premisas sobre las circunstancias de modo, tiempo y lugar de un hecho, susceptible de ventilarse en un contradictorio judicial, por lo que, deberá constituirse en una narrativa clara de cómo ocurrieron los hechos, con identificación de los funcionarios que la practican y de las partes que intervienen en ella, donde su contenido no sea alterado por la intervención de la intelectualidad o los procesos superiores del pensamiento de los funcionarios que la extienden o que de ella participan.
Narrar bien los hechos, es la manera expedita de garantizar la verdad y la objetividad de hechos que serán objetos de controversia, y ofrecerla a quien hemos otorgando el rol de evaluarla intraproceso, como árbitro imparcial, pero que, al mismo tiempo, someteremos a su observación conductual. La Probática es un neologismo creado por el abogado español Lluís Muñoz Sabaté, en la década de los 90, que nace como modelo de interpretación de la prueba mediante un análisis psicológico o mejor, mediante un examen psicofisiológico que crea el pensamiento psicodinámico asociado al nacimiento de la prueba, que ya va más allá de la narración para entender su intención, su propósito y su legitimidad, es decir, desvelar la prueba de negligencia o dolosidad y por consiguiente limpiarla, de allí, su asociación originaria con la Probática.
Consiste en una interpretación cercana a la bioquímica del lenguaje, más que, a la débil retórica de una epistemología jurídica ausente del conocimiento de la neurociencia cognitiva. No es un acto de rebeldía, sino una necesidad de acoplar la prueba jurídica, con la neuropsiquiatría conductual del hombre que la interpreta y la maneja.
Forense, es un libro innovador, distinto, sobre el manejo en la generalidad de las pruebas, sean civiles, administrativas o penales, para probar con técnica y eficiencia. Una obra con un inminente cambio de perspectiva de la retórica tradicional, que coloca al derecho probatorio, dentro de la robótica, la inteligencia artificial (IA), la psicofisiología y la narrativa como precursores del derecho moderno.
Inicialmente, quienes controlan las evidencias no son los jueces, sino los peritos, policías o examinadores. Al juez le corresponde el control final de la negligencia, la dolosidad probatoria o su falsedad consciente.
En este sentido, tanto la Diegética como la Probática están llamadas a convertirse en actividades expeditas para la limpieza, depuración, resguardo e incorruptela de las fuentes de pruebas. Has arribado a una edición poco publicitada en la interacción jurídica, para el derecho de probar y para el arte de influir y contagiar con ideas al juez y al mismo tiempo a las partes en el proceso judicial.
Bienvenido a FORENSE; Diegética y Probática para la prueba jurídica. Dogmas de nueva era.
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