Una historia de misterio con final intrigante y sorpresivo. De vez en cuando la vida quiebra el orden de la realidad haciéndonos creer el Diablo que el Mal no existe.

Una historia de obsesión, corrupción médica, ciberacoso y asesinos en serie. Una máquina que promete curar enfermedades mentales.

Un error médico. Un paciente en coma.

Un autor asesinado. Un cómic hecho realidad.

Un asesino en serie que imita un cómic. Un amor fallido.

La relación obsesiva entre un psiquiatra y su paciente. Un policía con un método muy especial para resolver los casos y una familia que oculta demasiados secretos.

Una historia perversa en la que las apariencias son solo eso, apariencias, y nadie dice la verdad. Todo acto criminal puede ser considerado poesía porque no hay delincuentes con comportamientos «anormales», como no existen poetas buenos ni malos, hermosos ni malditos.

De esta guisa se define una novela que, en cada muerte, por muy cruel y triste que parezca, esconde un bello bolero. Todo este maridaje conforma las ramas entretenidas y apasionadas de un árbol que hunde sus raíces en El secreto de Greta Salces.

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