Vicente Garnica, de veintiún años, fue testigo involuntario de hechos y cosas sobre las que nada podía hacer. Cosas que ni siquiera podía imaginar cuando crecía soñando con convertirse en ciudadano de la nación más poderosa del mundo.

Ahora se encuentra trabajando para uno hombre poderoso, quien manipula desde la sombra al gobierno norteamericano. Garnica está ilegalmente en los Estados Unidos de Norteamérica y sin embargo está llevando y trayendo gente del Pentágono, de la CIA, del gabinete del gobierno, embajadores y a un magnate que no dudaría un segundo en hacerle pagar con su vida si informara que en su mansión y en su edificio se está tramando el intercambio de armas por erehenes con Irán; el intercambio de armas por drogas, y planificando un falso socialismo en Sur América para explotar los recursos y endeudar esas naciones.

El resultado es que el gobierno enfrentará el mayor escándalo en la vida republicana de la nación. El chofer decide arriesgar su vida para destruir a su jefe.

La decisión no es fácil, porque debe escoger entre superarse, lograr legalizarse o arriesgar la vida, aunque nadie jamás le agradecerá por su sacrificio. Lo único que puede ganar es vivir con la conciencia tranquila.

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