Descargo de responsabilidad: La información contenida en este libro, "Marea del mar de olas", obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia.

Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con acontecimientos reales es pura coincidencia. Este trabajo no pretende reflejar ninguna entidad o evento real, y cualquier similitud no pretende ser tomada como un hecho.

Me sentí aliviado de estar afuera, a pesar del calor, y Sandy, aunque pálida y sudando, permaneció callada. De la mano, caminamos hacia las puertas, abrazando la fresca brisa del atardecer.

"Es agradable estar afuera, ¿verdad?" Sandy comentó. "Sí, es encantador", respondí, "tengo ganas de respirar todo el aire".

Sandy me pidió en broma que le guardara un poco. "Déjame un poco", dijo.

"Está bien, sólo para ti, cariño", respondí. "Dennis, gracias.

Haces tan buenos comentarios", dijo, antes de que nuestra conversación fuera interrumpida por un beso prolongado, encantador y vigorizante, el primero desde que salimos del parque. Luego, Sandy me retó a seguirla mientras ella corría hacia adelante, su corta falda verde y su blusa amarilla finamente ajustada acentuaban su elegante figura.

Su cabello negro bailaba con la brisa, invitándome a perseguirla. Después de una breve persecución, ella esperó al borde del camino y la acerqué, nuestras sombras se fundieron en la luz de la luna.

La acerqué, nuestros cuerpos anhelaban cercanía. "Vámonos a casa ahora", sugerí.

"Dennis, no puedo esperar", gimió, "hagámoslo aquí". ¡Consigue una copia ahora y descubre qué pasó y disfruta de una buena lectura!.