La obra muestra en crónicas y las memorias del autor y otros testimonios, la que ha sido la historia socioeconómica, política, religiosa y cultural de Palmira desde su creación como hecho social el 25 de diciembre de 1813 y su ratificación jurídica como villa republicana el 25 de junio de 1824, hasta finales del siglo XX. La importancia histórica de Palmira ha sido atravesada por cuatro etapas definidas: la primera, las luchas de los ciudadanos y hacendados criollos de la comarca que unidos para 1817 con el concurso invaluable de las castas de libres de todos los colores, lograron vencer y expulsar a los españoles del territorio en 1819.

Una segunda fase se marcó con las pugnas políticas entre bolivarianos y santanderistas que desembocaron a mitad del siglo XIX en la conformación del bipartidismo tradicional que produjo siete guerras civiles en el siglo XIX en un momento que se construía un concepto de nación. Una tercera etapa de la incipiente urbe que se asomó al siglo XX inició con el establecimiento de la infraestructura necesaria de ciudad que tomó medio siglo y que había despegado en 1917 con la llegada del ferrocarril a Palmira y la integración económica de la región vallecaucana con el mar y el mundo a través del Canal de Panamá.

La última etapa fue la consolidación de una importante agroindustria con el auge azucarero de los años 30 y el establecimiento de empresas manufactureras, de metalmecánica, otras agroindustrias y de servicios en la ciudad. Es preciso destacar la incidencia que tuvo la violencia política de mitad del siglo XX que produjo una gran inmigración hacia Palmira y la ciudad debió expandir su casco urbano para acoger la creciente población que se instaló en las urbanizaciones nacientes y edificadas sobre terrenos que antes ocupaban fincas y haciendas.

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