“Al ver esos pies delicados tan lastimados pensó que Abel seguía siendo un novato en todo sentido. Como era su primer trabajo no sabía ningún truco práctico del oficio y también desconocía que necesitaba llevar zapatos cómodos si iba a permanecer de pie por mucho tiempo, de lo contrario no dejarían de salirle ampollas.

Al tomar la primera bandita con motivos de Charlie Brown, rápidamente recordó ese apodo con el que se conocía a Charlie cuando el personaje se volvió muy popular comenzando como una serie de comics cortos en los periódicos: "Adorable perdedor". Al observar los tiernos gestos de incomodidad que hacía mientras curaba sus pies, pensó fugazmente que estaba frente a uno, frente a un adorable perdedor… y comenzaba a sentirse atraída por él”.

A sus 23 años recién cumplidos, Rubí es la encargada de la barra en la planta alta del “Comedor & Barra Morelos”. En febrero, Abel comienza a trabajar como mesero y ayudante general en la segunda planta.

Durante sus primeras semanas coexistiendo sus choques son evidentes, ya que se trata de dos personalidades periféricas y opuestas, pero en esencia análogas y correspondientes. Esta condición opuesta/similar recuerda a la tercera de Newton, una fuerza igual y opuesta.

Rubí, como exestudiante de la carrera de física, reconsidera sus actitudes y más aún sus deseos cuando este otro ser, que para ella es un ser de “primeras veces” y un imperfecto extraño, viene a cambiarle su mundo entero. Ambos teniendo un nuevo comienzo en el restaurante Morelos, se aferran a sus nuevas metas profesionales: Abel como egresado de derecho, cautivado por las bellas artes; mientras que Rubí, como desertora de la carrera en física, desea afanosamente participar del registro de los hechos estudiando periodismo.

Como en el Instante Decisivo del llamado Padre del Fotoperiodismo, Henri Cartier-Bresson, tanto Rubí como Abel tendrán una única oportunidad, la oportunidad de volver a sufrir la herida de la esperanza de encontrarse a sí mismos en alguien más. .