Aquellas vivencias que nos hacen comprender la complejidad de la existencia desde el dolor, son fuentes de enseñanza involuntarias. Pero si aún sintiendo el mundo derrumbarse a nuestros pies, levantamos la cabeza al cielo en oración, podemos recibir un manantial de energía y fortaleza.

Una corriente para navegar por la ruta divina y comprender que la vida, aparte de los éxitos y la sonrisa inmediata, también tiene el dolor como asignatura para graduarnos como seres con auténticas experiencias humanas. Tener la valentía para exponer episodios de tristeza, en una enorme pizarra donde todos puedan leerlos, hace grande a quien los cuenta, y Milena Delgado Durán nos sorprende nuevamente, con un bálsamo para el alma.

A los pies de la cuna vacía nos muestra que, en un efímero soplo de vida, puede caber todo el aprendizaje y amor del universo, y que ese sólo respiro puede marcar un nuevo camino, donde Dios nos da la oportunidad de abrazarnos a la esperanza. Al finalizar la lectura de esta hermosa narración, podemos comprender que no todo está perdido, y que el dolor puede ser transformado por medio de la fe.

Amarilys Estévez. .